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PROYECTO DE EXPOSICIÓN PARA ESPACIO ABISAL. BILBAO/OCTUBRE 2010

VER proyecto

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archivo Dispositivo para poder visualizar los blogs

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lectura Círculo de sillas para la lectura de proyectos

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VER Bocas que esperan

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VER Recuerdos negros

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VER La gran sorpresa

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VER Currículum vitae

taller Zona destinada a la realización del taller

VER Taller

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Cartel-Abisal-pepemiralles

Algunos de los puntos que se discutieron en la conferencia de la Facultad de Bellas Artes de Bilbao:

-El taller que vamos a realizar en Espacio Abisal se titula Caminando por la zona oscura y le he añadido un paréntesis (del arte, de la vida, de la ciudad, del pensamiento) que abarca distintos ámbitos que seguro que discutiremos. Hay una imagen que si bien no forma parte de la exposición ha estado por ahí rondando. Es una señal informativa de tráfico que podemos encontrar en las autovías. Esta señal anuncia que existe la posibilidad de salir por un carril a la izquierda. Esta imagen resume algunos aspectos de mi forma de estar en “el arte”; pero no olvidemos que la señal ofrece la posibilidad de salirse, de dejar la autovía por donde la mayoría circula. Sin embargo, esta posibilidad está prevista, por lo tanto no voy a negar que mi forma de entender el trabajo artístico no hace nada más que seguir un camino que está también previsto

-Uno de los objetivos de este taller es realizar una presentación de mis trabajos para someterlos a un proceso de discusión, probablemente muy cercano a lo que Antoni Muntadas llama “re-visitación” de los proyectos. Estos procesos enuncian que los trabajos no están sometidos a una orden de parada definitiva y tampoco a lo que llamo “dictadura de la exposición” o mejor dicho de la plusvalía. En el taller nos centraremos en dos grupos de trabajos: Proyecto Sida Social, del cual hay cinco versiones y veremos detenidamente lo que llamo Laboratorio de proyectos, el lugar donde más me divierto; y un blog en el que se albergan los procesos de trabajo, los proyectos que están en marcha. Desde estos dos grupos de trabajos podremos reflexionar sobre metodologías de acción colectiva y analizar situaciones creativas intermedias o no definitivas.

-Casi siempre que hablo de mis trabajos hablo del Sida. Suelen invitarme por este tema a dar mis opiniones y visualizar mis trabajos que tratan de esta problemática social. Llevo trabajando en este tema desde principios de los años noventa.

-Desde los dispositivos y agentes de legitimación del arte contemporáneo, éste es el conjunto de trabajos que se me ha facilitado visualizar, y muy pocas veces he tenido la ocasión de mostrar otros que están relacionados, digámoslo de forma simple, con la homosexualidad. Es decir, nunca he formado parte de una lista de artistas gais que exhiben sus trabajos en una exposición en la que se problematiza la cultura homosexual.

-Posiblemente lo que acabo de decir esté relacionado con las estrategias ligadas a la ideación y producción de mis trabajos. Me gustaría, a modo de introducción, enumerar algunas de estas estrategias:

→Permanecer en los márgenes de los espacios del arte “legitimado” implica que nunca he expuesto en ARCO. Tampoco en galerías privadas “TOP 10” y en muy pocas ocasiones en instituciones de reconocido prestigio en el ámbito artístico español. Me interesan más otro tipo de espacios que albergan trabajos artísticos, esos que en los noventa se llamaban “alternativos”. He trabajado en lo que llamamos espacio público (aunque estaría mejor si dijéramos esfera pública), muchas veces en proyectos reglados y otras allá donde he considerado que quería hacer algo. Me fascinan los espacios de arte tipo casa de cultura de pueblo o ciudad pequeña que no estén excesivamente condicionados o regulados por un concejal o concejala puesta en arte contemporáneo. Estoy muy interesado en colocar trabajos artísticos en espacios que faciliten que ocurran relaciones reales, lo contrario de lo que Bourriaud engloba bajo el eslogan de “estética relacional”, pero evitando que los sujetos y sujetas que se presupone que se relacionan a partir de un trabajo artístico colocado en un museo sean los que no necesiten este tipo de relación, ya que pertenecen a este contexto. Sin embargo, introducir un trabajo sobre el VIH en una sala en la que la anterior exposición ha sido de los trabajos realizados en un taller municipal de acuarela, supone una “roza”, realizar un surco o canal abierto en la habitualidad expositiva del lugar. Esto puede favorecer un dialogo más fructífero y sincero que cuando hablamos entre “entendidos” de la vinculación del arte y del activismo.
Últimamente la estrategia que utilizo para mostrar mis trabajos es a partir de un entramado de blogs que me permiten tener un Archivo de proyectos, lugar en el que descansa “no eternamente” la producción que he realizado hasta el momento; un Laboratorio de proyectos, espacio en el que ensayo ideas, imágenes y textos; los blogs relacionados con mi docencia en la Facultad de Bellas artes de Valencia; mi curriculum normativizado y algunos proyectos específicos como son en este caso Geografías del morbo, Llévame donde tu follas, las distintas versiones de Proyecto Sida Social y Allá donde el viento da la vuelta, un blog de poemas que es el que más me apura mostrar.

→Suelo evitar presentarme a convocatorias públicas o privadas para la subvención o exposición de proyectos artísticos. Si alguna vez me he presentado, no me han seleccionado.

→La suma de los dos puntos anteriores consiguen irremediablemente que mis trabajos permanezcan en un zona oscura. A veces pienso que están secuestrados, que yo secuestro mis trabajos. El caso es que tengo la impresión de que muy poca gente conoce lo que hago. Desde que me di de alta en Blogger en diciembre de 2007 tengo unas 3200 visitas, y gran parte de ellas deben ser mías. Admiro la estrategia Isidoro Valcárcel Medina.

→Un dato muy importante -y que espero que no me consideren prepotente por decirlo- es que no necesito vender arte para vivir. Soy funcionario y con lo que me pagan vivo. Sería ridículo obviar que esta circunstancia ha condicionado mi posicionamiento. Y ya que estamos con el tema, mi trabajo como profesor ha impregnado mis trabajos visuales. Docencia y práctica artística llegan a encontrarse en muchas ocasiones.

→Trabajo con la “idea de proyecto”. Esto me permite liberar los trabajos de la ansiedad provocada por la necesidad impuesta de ejecutar una orden de parada y de la dictadura de la exposición. De esta manera, liberado de la producción de objetos sujetos a intercambio mercantil, los trabajos pueden ser “revisitados” en cualquier momento para ampliarlos, redireccionarlos, o dejarlos en standby durante el tiempo que quiera.

Esta forma de trabajar empecé a realizarla a partir del año 2000 aproximadamente. Como en mi faceta de “artista” dedico más tiempo a idear que a construir, con el tiempo mi cajón de ideas fue aumentando, hasta el punto de empezar a plantearme qué podía hacer con este conjunto de proyectos e ideas.

Cuando Javier Codesal me invitó a participar en un curso, pensé que sería más interesante hurgar en mi cajón de ideas que mostrar las piezas o intervenciones que ya había realizado. Con las ideas que me fui encontrando construí un armario simbólico de proyectos, dispositivo que yo entendía como una heterotopía, es decir como un lugar deseado en el que tuviera cabida cualquier tipo de actitud, idea, forma, condición, etc., y lo abrí, en sucesivas ocasiones, con la intención de hacer viables y visibles espacios de diferencia, que me parecían que seguían siendo utópicos. Estos proyectos los he leído en varias ocasiones y su formato de divulgación es un pdf. Cuando los leo saco del armario estos proyectos.

→Si bien sigo manteniendo la contradicción de tener un currículum redactado de forma normativa y que se ajusta a las características que un currículum de artista debe tener, me pregunto continuamente qué consideramos que es una pieza, o una obra. Normalmente la que se exhibe, se expone, se cataloga o sale en una revista. Poner en valor aquellas piezas que no están definidas a partir de la permanencia estable o de la ida de “trabajo terminado” es algo que me interesa mucho.

→No me considero un artista queer. Algunos de los conceptos clave de estas teorías me interesan en la medida que los “traslado” a los modos de producción en el arte. Conceptos como el de hibridación como única forma de resistencia contra las ideologías homogeneizadoras; la transgresión de los límites entendido como las fusiones y posibilidades que cada vez más personas se atreven a explorar; cuestionar la categoría de identidad entendida como excluyente y que tiene sólo en cuenta una variable del individuo; la idea de identidad en continua construcción; considerar el anonimato más interesante que la individualidad, la imitación más creíble que la originalidad y la apropiación más deseable que la invención; la definición del sujeto a partir de sus practicas sexuales no normativas, y otras cuestiones que sería largo enumerar ahora, son conceptos que aplico a mi metodología de trabajo, a mi posicionamiento como trabajador de lo visual y a mi forma de permanecer en el mundo del arte.

→Trabajo fundamentalmente con la estructura de archivo. A esos archivos a veces los llamo “acumulaciones”. Prefiero la cantidad y la variedad ya que para hacer un retrato de la realidad hay que realizar una documentación que contenga numerosas aproximaciones. Algunas de mis obras como Ajuares (1997) proponían trabajos de recogida de materiales que eran expuestas en vitrinas, igual que Etnografía de una enfermedad social, (1994) pero en este caso era la ordenación de materiales que se presentaban en cajas o urnas, una idea de archivo cercana a la idea de presentar el archivo con los menores cambios posibles, tal cual se recogieron las cosas. Ahora archivo recuerdos, palabras, experiencias, y esta cuestión de la recopilación está muy presente en mis trabajos: Archivo de los hombres que se sienten solos, Huele a tigre, Fotos oscuras, series que no está previsto que se terminen, que van creciendo.

→Qué es ficción y qué es realidad en mis trabajos es algo difícil de delimitar. Digamos que trabajo bajo la idea de realidad novelada. Existe una estrecha relación entre lo que hago y mis experiencias personales: no me atrevo a decir que el arte esta basado en mi vida, porque mi vida es más compleja que lo que utilizo de ella para hacer arte; en este caso, hago una selección de aquellas vivencias con las que quiero trabajar. Ejemplos de esta cuestión los podemos ver el las narraciones que hay en los blogs del proyecto Geografías del morbo o en ensayos que estoy realizando como metodología para el conocimiento del espacio publico.

→Un aspecto que me fastidia de mis trabajos es que me confrontan, me ponen muchas veces cara a cara conmigo mismo, con mis ideas y mis contradicciones. Me obligan a hacer, o al menos lo intento, un ejercicio continuo de honestidad. Esto queda muy bien decirlo aquí ahora, pero muchas veces los trabajos me plantean una cuestión difícil: enuncian cosas que en mi vida, digamos afectiva, relacional, familiar me cuesta llevar adelante.

→La mayoría de mis trabajos están almacenados en Internet. No hago arte en la red, sino que utilizo estos medios para almacenar y mostrar. Mis trabajos no subrayan la especificidad de Internet. Cada vez materializo menos los trabajos, si por materializar entendemos convertirlos en objetos que se puedan tocar y trasladar. Esto no es un principio sino una consecuencia. Me ahorro mucho dinero en producción innecesaria y almacenaje. Mi estudio es mi ordenador y mi cabeza. Hubertus Butin se pregunta en su Diccionario de conceptos de arte contemporáneo si es necesaria la conservación del objeto (yo añadiría también la fabricación del objeto) cuando éste se ha duplicado (fotocopiado virtualmente) y se han registrado sus circunstancias.

Al menos estando en la red puedo tener visitas que de otra forma no las tendría. Otro aspecto que me interesa es la posibilidad real de ver las obras y tener que buscarlas. Muchos retablos góticos se abrían una vez al año, o en pocas ocasiones, convirtiendo este acontecimiento en algo extraordinario, pero la imagen seguía estando presente aunque no era visible. Mis trabajos están en la red pero no se ven mucho. Presencia y ausencia comparten protagonismo. Ya he dicho antes que tengo la sensación que secuestro mis trabajos. Ya en obras como Sin Título (1992) tapaba la imagen y la iluminaba para evidenciar que aquello estaba allí, pero no se podía ver. Ahora disemino pequeñas acciones en comentarios de blogs o chats de forma que es prácticamente imposible encontrarlas y reconocerlas como tal.

La estructura primera de la web es muda. Pasas el ratón por las letras y no ocurre nada. Hay que buscar e ir encontrando lo que se esconde bajo unas letras que enuncian una presencia sumergida debajo de una ausencia de significado inicial. Una estética de la ausencia exige la búsqueda activa de esta distancia.

→Me interesa convertir “la sala” en un espacio de encuentro real, no en un lugar para ir a mirar silenciosamente, sino para ver, escuchar y discutir. A ser posible con agentes que nada tengan que ver con el mundo del arte, porque esas discusiones ya nos las sabemos y son aburridas. Bourriaud en Estética relacional cuenta cosas muy interesantes sobre los artistas que producen situaciones en las que los espectadores puedan establecer relaciones en un mundo en el que es difícil relacionarnos, pero no se pregunta qué tipo de relaciones. En ocasiones hago trabajos que no publicito dentro del mundo del arte y van dirigidos a otro tipo de receptores.

→La estrategia es hurgar en el archivo, ver lo que hay y discutir. Lo que propone una acción participativa y activa. No me gustan los lugares para la contemplación pasiva. Cuando vamos a ver una exposición solemos mirar las obras y meditar sobre ellas. Esto está muy bien, pero necesito la conversación. Por eso las obras en esta exposición hay que buscarlas en un archivo, otros días podrán ser escuchadas, otros días serán discutidas en un formato taller y en un formato “hoy tenemos visita”.