Cinco sillas y cinco nombres
2022
En los últimos años han muerto varias mujeres cuyas vidas han estado vinculadas al activismo del sida en Valencia. En esta obra se las presenta mediante un círculo de sillas con sus nombres. Están aquí para que nos preguntemos: ¿qué hacemos con sus experiencias? ¿Cómo deberían ser archivadas? ¿Dónde está guardada la memoria de las mujeres que trabajaron para que el VIH y el sida no fuera una enfermedad mortal y estigmatizada?
María Jesús Talavera (1956-2019). Licenciada en Historia del Arte, estuvo vinculada, desde el fallecimiento de su hermana Yolanda, al Comité Ciudadano Anti Sida de la Comunidad Valenciana. Fue cofundadora del Colectivo Local Neutral, que se dedicó a realizar talleres de formación y autoempleo, así como a la realización de intervenciones artísticas mediante carteles que se pegaron en el Centro Histórico de Valencia en 1996. Es de destacar su participación en Radio Klara, en la escritura del texto Ese Lugar leído en el Especial 1 de diciembre. Radical e inconformista, cuestionó las construcciones sobre el VIH siendo muy crítica con la abundante medicación dispensada en los años 90.
Ana Cano Moriano (1965-2017). Conocida como Ana Meluska, fue icono de la resistencia trans, activista por la defensa de los Derechos Humanos Fundamentales de las personas trans y de las personas que viven con el VIH. Realizó su transición social con 17 años y, ante la imposibilidad de continuar sus estudios de Bachiller y de ver cómo cualquier otra salida profesional se le cerraba, ejerció el trabajo sexual durante 15 años denunciando las pocas alternativas que existían para las personas trans a la hora de realizarse profesionalmente. Feminista y hacedora tenaz desde sus múltiples militancias, se enfrentó a la discriminación social de ser mujer, trans, trabajadora sexual y seropositiva.
Begoña Bautista Casanova (1958-2021). Fue presidenta de AVACOS, también presidió la Coordinadora de la Comunidad Valenciana CALCSICOVA; fue Secretaria general de la Coordinadora estatal CESIDA y miembro de JURISIDA. Activista incansable por los derechos de las personas con VIH desde los años 90, se hizo visible en aquellos momentos en los que el estigma era más cruel, siendo referente de gran ayuda para muchas personas con su presencia en los medios de comunicación, en charlas, cursos y jornadas, defendiendo y poniendo de relieve las situaciones más desamparadas en cada momento, como la integración de la perspectiva de género en el VIH, y últimamente el envejecer con VIH.
Silvia Muñoz Pijoán (1996-2015). Fue una de las primeras mujeres con VIH en Valencia. Difundió su testimonio por los barrios más perjudicados de la provincia y se convirtió en la evidencia más palpable de que el sida no era, como se creía, un localizado “síndrome gay”. Silvia Muñoz es un ejemplo de valentía y autosuficiencia. Llevó a cabo un proceso de adopción en solitario y motivó a otras mujeres afectadas por el virus a no reprimir su deseo de ser madres. Fue presidenta de AVACOS-H, licenciada en Bellas Artes por la UPV y organizadora de múltiples eventos culturales en los que el VIH y el sida eran tratados de manera crítica.
Carla Gallén Ruiz (1965 -2018). Ha sido trabajadora sexual, mujer trans seropositiva visible, y activista incansable. Voluntaria en el Colectivo Lambda y en otras numerosas asociaciones. Durante tres años fue coordinadora trans en la asociación Diversitat de Alicante y Comarcas. Su familia se desentendió de ella, vivía en una casa tutelada por CASDA, incluso hasta en su funeral que tuvo que ser realizado y sufragado por Lambda, AVACOS y CASDA, así como la funeraria Herrasti de Cabanes. Tiene el Premio Margarida Borràs del Colectivo Lambda 2022 por su labor incansable de defensa y lucha por los derechos humanos y los derechos LGBTI+ y de las personas con VIH.