Presbicia – Homofobia

INTERVENCIONES EN ESPACIOS PÚBLICOS UNIVERSITAT POLITÈCNICA DE VALÈNCIA
Presbicia – Homofobia
Desde el 27 de febrero de 2017 hasta el 31 de enero de 2018.
Intervención en dos de las salidas del aparcamiento 3A de la UPV realizadas por Carmelo Gabaldón y Sección Invertida + A.C.T.

Actividad que forma parte de “Miradas a tres: homofobia”, realizada conjuntamente con MICE (Mostra Internacional de Cinema Educatiu) y Mostra La Ploma (Festival Internacional de cine y cultura LGTBI)

La presbicia es una anomalía o defecto del ojo que consiste en la imposibilidad de ver con claridad los objetos próximos y que se debe a la rigidez del cristalino. Con este título queremos evidenciar la dificultad que tenemos para “leer” las informaciones que tenemos a nuestro alcance, delante de nuestro ojos y que hacen referencia no solo a la prevención del VIH sino a la prevención de la serofobia. Estas palabras “ampliadas” insertas en un campus universitario pueden ayudar a paliar esta rigidez del cristalino, tan extendida en nuestros contextos sociales.

El artista Carmelo Gabaldón y los colectivos Sección Invertida y A.C.T., realizarán dos intervenciones en las salidas del aparcamiento 3A de la UPV. Estas intervenciones propondrán, por medio de palabras, reflexiones sobre cuestiones relacionadas con la homofobia.


Carmelo Gabaldón

A través de un procedimiento invertido transformar la palabra. Utilizando la repetición y la libre elección para situarse bajo el epígrafe propuesto generar acciones que cuestionen y persigan arrebatar el poder hiriente del lenguaje. La injuria deja de ser efectiva cuando pierde su capacidad para otorgarnos un lugar en la categorización entre dominados y dominadores, saltamos con esta intervención la grieta que el lenguaje en su pretensión clasificadora pretende dibujar entre ambos y nos situamos en el lugar que nosotros elegimos. Utilizar el enunciado SOYMARICÓN como una muestra de empoderamiento, una auto afirmación reivindicativa. Una metodología que permite con el abuso del termino caer en el desuso peyorativo del mismo. Exponer en el ámbito universitario el enunciado SOYMARICÓN, en formato sobre dimensionado y en un espacio privilegiado para a modo de experimento observar la reacción de la comunidad que habita dicho espacio, la Universidad un espacio para la educación y la estimulación de nuestro intelecto. Si entendemos la homofobia como un error de la educación es quizá este el espacio idóneo para confrontar dicha afirmación con la realidad
El enunciado va acompañado de la almohadilla que lo transforma en hastag y lo introduce en el mundo digital. Espacio universitario y espacio digital. La intervención va acompañada de unas marcas en el suelo donde se le propone al espectador el mejor ángulo para disparar la selfie y compartir etiquetándose en la redes sociales.
El vinilo de recorte se presenta también de manera invertida, son las letras las que aparecen extraídas vaciando el enunciado del negro que contornea toda su forma. Una ventana de luz que cobrará relevancia con el encendido nocturno del lucernario sobre el que se muestra. Una doble metáfora en la que aparecen palabras vacías y huecas de significado convertidas en formas ingrávidas recortadas sobre la luz que la claridad empuja desde el interior para destacar sobre el negro circundante.


Sección Invertida y A.C.T.

La propuesta es fruto de una colaboración entre Sección Invertida y A.C.T., se plantea como un dispositivo cuyo objetivo es el de denunciar la gravedad de la heteronorma -sistema estructural de dominación que naturaliza y legitima las identidades cis y heterosexual, discriminando y denigrando todas aquellas que excedan sus estrechos límites. La problematización o llamada a la reflexión sobre esta realidad, se efectúa mediante la siguiente articulación metafórica: dentro de una gráfica se sitúa, bajo un mismo eje, la heteronorma junto a una serie de pandemias, tales como el tifus o la gripe española, en donde se registran el número de muertes ocasionadas por cada una de ellas. Mediante ese gesto, la pieza invierte el orden tradicional de lo normal y lo patológico, que hacía -y sigue haciendo- de la diversidad afectivo-sexual y de género una anomalía. Además de darle la vuelta al estigma, la operación permite resaltar el carácter global y letal de la heteronorma -así como su carácter “contagioso”-, manifestando la urgencia de inscribirla en las agendas públicas a nivel internacional y de que se responde a ella con contundencia. Si bien se incluye la heteronorma entre las pandemias, la pieza resalta plásticamente lo difícil del ejercicio de contabilización de las muertes causadas por el heteropatriarcado y otros sistemas de opresión afines que lo retroalimentan (gerontofobia, racismo, clasismo…): por el amplio rango histórico que abarca, por las múltiples manifestaciones que presenta y, fundamentalmente, por lo invisibilizado que se encuentra a nivel sociocultural, es complejo cuantificar las muertes del heteropatriarcado. Este atraviesa a día de hoy toda realidad humana que se precie y, por ello, recurrimos al lema “la heteronorma es cosa de todxs”. Esta afirmación pone de manifiesto no sólo como la heteronorma atraviesa a todos aquellos que ostentan mayores privilegios, sino que evidencia cómo los oprimidos somos también presa e incluso perpetuadores de la norma. Por tanto, la propuesta se plantea como una invitación a la reflexión crítica que interpela a grandes instancias institucionales, a nuestros semejantes y a nosotras mismas, incitando a llevar siempre más allá la lucha por el desmantelamiento del heteropatriarcado.
El vinilo utiliza una estrategia plástica similar a la de #Soy maricón: la sobriedad a nivel de los colores y formas imita la visualidad de la estadística, mientras que el lema “La heteronorma es cosa de todxs” parece no ser más que el título o conclusión lógica del gráfico. La pieza cobra su máximo significado de noche, cuando la luz del cubo rellena los troqueles, traduciendo el carácter poco visibilizado de la violencia de la heteronorma.