Pequeña protesta paliativa (Gracias a Adrian Pipper por darme la idea)

1999-2017
Intervención en la revista Papel Engomado nº 11, «Good As You», 2017. Dirigido por Carmelo Gabaldón.

El Armario de los proyectos es una pieza formada por diez proyectos de intervención en espacios públicos, elaborados entre 1997 y 2000, que nunca se han llegado a realizar en el sentido que habitualmente entendemos por “construir una pieza”, es decir materializarla y exponerla en un lugar. Estos proyectos se han mostrado siempre por medio de lecturas públicas. Cada una de estas lecturas son consideradas como un acto inaugural, ya que los proyectos se “exponen” verbalmente.

Uno de los diez que están dentro de este armario es Proyectos para desmantelar prejuicios, que se mostró por primera vez en 1999 en Purgatori (Valencia). He rescatado para esta ocasión uno de ellos con el objetivo de analizar su vigencia y pensar en las particulares coincidencias de aquellos años con los actuales, pero en esta ocasión con el deseo de que cualquiera persona que tenga esta edición de Papel Engomado pueda usar las tarjetas, poniendo su nombre y entregándolas en las situaciones que considere necesarias.

En 1999 escribí este texto para contextualizar la tarjeta:
Pequeña protesta paliativa. (Gracias a Adrian Piper por darme la idea)
Ah! Y sabes aquel que dice…..Y a continuación te tragas un chiste sobre maricas en el que el retrato que se nos hace nunca va más allá de presentarnos como obsesionados por meternos una polla en el culo, vestidos de colores estridentes y con una peluca afro teñida de amarillo limón, con más «plumas» que una gallina o folklóricas para siempre.

Otras veces oyes, insertado en el lenguaje coloquial, pronunciar cada dos por tres: «¡Eh! Carlos, no me seas maricón», «¡menuda mariconada!», o simplemente «¡maricón!». En otras ocasiones te lo dicen a la cara y se quedan tan anchos.

Si me hablan a mí o estoy muy cerca del lugar en donde se producen estos comentarios, es muy importante entregar una tarjeta que diga lo siguiente o similar:

“Querido/a amigo/a, soy gay. Estoy seguro que no te diste cuenta de ello al hacer este comentario homófobo. En muchas ocasiones alerto a la gente de mi condición con anterioridad. Pero, desgraciadamente, cuando lo hago pensáis que soy socialmente inapropiado. Deseo que la gente no haga estos comentarios incluso cuando creen que no hay gente gay presente. Suelo distribuir esta tarjeta cuando lo hacéis. Lamento cualquier incomodidad que mi presencia o mi condición te cause, al mismo tiempo que estoy seguro que lamentarás la incomodidad que tu homofobia me está causando a mí.
Sinceramente tuyo, Pepe Miralles”

Para esta ocasión he cambiado la palabra gay por la palabra homosexual.

Viento las narices rotas, las caras pataleadas, los ojos morados y la sangre de tantas personas agredidas, me pregunto qué puede hacer mi trabajo para “paliar” esta situación y sinceramente creo que puede hacer muy poco. Porque finalmente esto es arte y todos los que tengáis una de estas cajetillas, vais a guardar las tarjetas y no las vais a utilizar. Esta es la impotencia que siento. La misma que me produce ver tantas obras de arte sobre cuestiones gais que nos deslumbran con su brillo, con su musculatura, su lisa superficie preparada para recibir un Wow. Me gustaría decirle a todos estos artistas que su trabajo es inútil y que con estas propuestas esperadas solo estamos legitimando lo que el heteropatriarcado se ha propuesto hacer: que modelemos nuestros gestos y nuestros deseos y de esta manera no nos partirán la cara.


Fotografías: Papel Engomado