Caja de cartón y fotografías. Trabajo expuesto en uno de los escaparates del Gran Café de Abastos, Valencia.
Una caja de cartón impide ver los ojos de cuatro retratos del rostro de un hombre cuyo modelo es el propio artista. El peso de la caja cerrada contendora de malos presagios y la negación a afrontar una situación nueva, enunciaba que el sida no sólo era una enfermedad, sino un acontecimiento que iba a cambiar rotundamente la forma de entender el mundo de una generación diezmada por esta enfermedad.
Pensar el sida no fue la primera obra que Pepe Miralles realizó sobre esta cuestión. Anteriormente, la obra titulada Retrolove, ya trataba ciertos asuntos que le preocupaban. No obstante, esta obra deviene idónea para iniciar esta exposición porque fue la que señaló su forma de abordar sus políticas con el sida.