Intervención en uno de los pilares exteriores del Ayuntamiento de Mislata, Valencia, 2016.
En el Ayuntamiento de Mislata se ha realizado una intervención en uno de los pilares exteriores titulada Fingido rojo. El pilar, que es uno de los cuatro que sostiene la estructura del edificio por la parte delantera, aparece recubierto en su totalidad por una maraña de lazos rojos, como una segunda piel que recubre el sustento de este edificio donde poder se representa.
Es bien conocido que, en los últimos años, las políticas públicas para el sida han ido mermando. Incluso los planes autonómicos y nacionales están desapareciendo, y esto es un síntoma, no solamente de la crisis -como se ha querido justificar-, sino de la indiferencia ante este problema de salud pública. Sin embargo, no hay ni un día 1 de diciembre que la clase política no luzca el conocido lazo rojo en su solapa, manifestando superficialmente la solidaridad que no se necesita; una solidaridad, en muchos casos, fingida y “roja”, ya que estas mismas personas posiblemente voten en contra de planes, leyes o iniciativas que mejorarían muchas de las situaciones que se siguen produciendo y que su lazo en la solapa no ayuda a realizar. De alguna manera, el poder también se sostiene con ficciones, se disfraza –como el pilar del Ayuntamiento de Mislata- con lazos rojos de solidaridad que parecen estar en sus estructuras de estabilidad, cuando realmente solo forman parte de una superficie ficticia.