En el sitio oscuro

en el sitio oscuro
los brazos se balancean al compás del paso,
mientras la mano roza buscando dimensiones
que encajen con el deseo previsto.
una y otra vez el desfile se inicia con el anhelo indemne.
no hay mirada, sino tacto y olfato móvil.
el ritmo se articula siguiéndonos
y la danza persiste hasta que las luces claras
notifican el final del circuito.